Contenido que no funciona: 3 posibles razones

Si tienes un blog de marca en el que escribes asiduamente pero no notas resultados a nivel de visitas, de alcance o conversiones, es posible que entre tus prácticas haya algunas mejorables. Lo primero que debes preguntarte ante un contenido que no funciona es si lo que publicas es relevante para tu público objetivo: ¿tratas temas que son de su interés? ¿O te centras en hablar sólo de tu producto?

Si consideras que tu contenido trata temas de interés, lo segundo a preguntarte es: ¿los formatos que utilizo presentan los temas de manera atractiva e invitan a consumir el contenido? Quizá estás usando formatos muy largos para tu tipo de sector o de público, o con mucho texto y pocos recursos visuales, o con un lenguaje muy técnico o literario, y eso hace que tu público no sea tan proclive a consumir tu contenido o lo abandone antes de terminar de consumirlo.

Si la respuesta a estas dos primeras preguntas es que tu contenido mola tal y como es (y que por tanto debería molarle a tu público), es posible que la razón por la que tengas contenido que no funciona esté entre las 3 siguientes.

Si tu contenido es la caña pero no lo optimizas para SEO, para los buscadores es un poco como si no existiera. A la hora de desarrollar tu estrategia de marketing de contenidos tienes que tener presentes los temas de los que vas a hablar y el formato que vas a darles, pero no pierdas de vista que cualquier contenido debe ser SEO-friendly para poder obtener resultados.

Tras realizar tu keyword research y seleccionar las palabras clave por las que es conveniente que tu negocio compita, tu plan de contenidos debe incluir un keyword preseleccionado en cada post y hacerlo aparecer a lo largo del mismo. Además, no sólo el texto es importante: si no optimizas las fotos, ralentizas la velocidad de carga de la página y eso afecta (negativamente, claro) al SEO.

Además, si el SEO on page del blog no está bien pulido, si los plugins no están correctamente configurados y si no tienes el contenido bien categorizado y etiquetado de tal forma que a cualquier usuario le resulte fácil encontrarlo, escribir contenidos es como dar un paso hacia delante y dos hacia atrás.

El de SEO es un trabajo que no da resultados inmediatos: puedes tardar semanas o incluso meses en empezar a notar un incremento progresivo de las visitas. Así que ármate de paciencia y plantéate también si tu “contenido que no funciona” es en realidad contenido al que aún no le has dado el tiempo suficiente para dar resultados.

Al escribir contenidos para un blog de marca es fácil caer en la tentación de improvisar un poco. Nos puede parecer que no es difícil sacar un par de entradas a la semana sobre temas que ya más o menos dominamos, y que no nos hace falta desarrollar una estrategia clara y diferencial.

Lo cierto es que a día de hoy casi todas las empresas y tiendas online tienen un blog de marca, y es bastante probable que todos los temas que se te ocurran ya hayan sido tratados previamente por blogs de la competencia. Con lo cual se hace imprescindible que desarrolles una estrategia de contenidos bien afinada, que complete o se diferencie de lo que ya existe, que de vez en cuando experimente e innove con los formatos, y que sobre todo esté escrita y planificada muy claramente sobre el papel.

Tu estrategia de marketing de contenidos debería definir tus KPIs (Key Performance Indicators), es decir, los indicadores que te dirán si tu contenido está funcionando o no. Entre ellos se encuentran las visitas, los indicadores sociales, las conversiones, el tráfico dirigido a la tienda online… Depende de lo que valores en tu negocio te interesará trackear uno u otro (o varios), pero el primer paso es sin duda definir cuáles son tus KPIs y medirlos.

Además, tu estrategia de marketing de contenidos debe tener en cuenta el resto del mix de marketing, ventas y branding. El marketing de contenidos no va por libre, es una pata más del mix de marketing e interacciona con las variables y los datos de todo lo que tenga que ver con tu marca, su comportamiento en el mercado y sus resultados comerciales.

La tercera razón por la que tu contenido puede no estar funcionando es que no lo difundas o promociones o, si lo haces, que no lo estés haciendo de la manera adecuada.

La redacción y publicación de contenido es sólo una parte de la tarea: si no lo difundes, es bastante probable que caiga en el olvido y no logre captar tráfico ni para el blog ni para la tienda online.

La manera más fácil de difundir tu contenido es a través de las redes sociales: en ellas tienes acceso de manera gratuita a un público que te sigue activamente, es decir, que ya sabes que tiene interés en tu marca. También puedes hacerlo usando el email marketing, otra excelente y económica manera de ponerle a tus fans literalmente en bandeja tu nuevo contenido.

Pero puede ser que ya difundas tu contenido, y que aun así no estés obteniendo resultados. En ese caso, quizá lo estás difundiendo de una manera equivocada. Algunos posibles errores relacionados con la difusión de tu contenido pueden ser:

• Difusión en un horario no adecuado (aquí te mostrábamos cómo el mejor horario de difusión para tu negocio puede no ser el de mayor actividad online).
• Poca frecuencia de difusión: ¿publicas en tus redes al menos 1-2 veces al día? Las mejores marcas publican al menos 5 veces diarias, ¡toma ejemplo!
• Falta de republicación de contenido: ¿publicas contenidos antiguos con asiduidad, o una vez publicados caen para siempre en el olvido?
• Segmentación equivocada: es posible que no todos tus contenidos interesen a todo tu público; si creas contenidos sobre temas que invitan a la segmentación (demográfica, geográfica o de género), difúndelos también segmentadamente.

Y hasta aquí las 3 posibles razones por las que tienes entre manos un contenido que no funciona. ¿Has reconocido alguna de ellas en tu estrategia de marketing de contenidos?

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