El desarrollo de producto paso a paso (1)

El desarrollo de producto es un tema realmente apasionante y al que no siempre se le presta la atención que merece. Y es que se puede encontrar documentación prácticamente ilimitada sobre vender (tanto online como en retail): miles de manuales, blogs y podcasts que se centran extraordinariamente en la parte del “cómo”... pero no tanto en el “qué”.

 Por eso hemos decidido iniciar esta serie de posts hablando del producto antes incluso de existir; y, lógicamente, después entraremos en cómo crearlo. Creemos que este tema puede resultar especialmente interesante para aquellos que tienen clara la intención de emprender, pero aún no han decidido cuáles pueden ser su nicho y su producto.  

Se trata del proceso completo que lleva un producto desde la identificación de una oportunidad de mercado a la venta de un producto viable, pasando por todas las fases intermedias: conceptualización, investigación, planeamiento, prototipado, obtención de materias primas/proveedores…

 Un trabajo duro y que, por lo general, implica a múltiples departamentos de una empresa. Al fin y al cabo, el desarrollo de producto no es algo que corresponda solo al CEO de la empresa, al responsable de marketing o al financiero… es algo que afecta transversalmente a todo el negocio y a muchos niveles dentro del entramado empresarial.

 Es, por lo tanto, algo bastante más complejo que una decisión tomada al azar. Seguro que más de una vez has escuchado a alguien decir: “Yo quiero montar un eCommerce, pero no sé de qué”. Esas personas compran muchas papeletas para no tener demasiado éxito (si es que llegan a cristalizar en algo sus ganas de emprender).

Este proceso aplica a cualquier negocio y a cualquier nivel. No creas que el desarrollo de producto está únicamente destinado a grandes empresas: todos podemos y debemos aplicarlo a nuestro nivel.

Lo que vamos a ver a continuación es el inicio de un proceso que se divide en 7 pasos diferenciados:

• Fase de generación de ideas.
• Investigación.
• Planeamiento.
• Prototipado.
• Abastecimiento.
• Presupuesto.
• Comercialización.

 A estos pasos, que son lo más canónico, añadiría una última fase que sería la de recogida de feedback. Desde ese momento se podría volver a iniciar el proceso, haciéndolo circular para ir generando nuevos productos o versiones del ya definido como fruto de ese primer desarrollo.

Como es un asunto de bastante calado, lo que vamos a hacer es que sirva este post como inicio de una serie en la que vamos a profundizar en cada uno de los 8 pasos. La idea es que, cuando hayas terminado la lectura de todo, tengas una visión completa del proceso y puedas desarrollar tus productos desde cero.

 Empecemos por el principio.

Esta es la parte más creativa del desarrollo de un producto y, precisamente por eso, también la que puede llegar a suponer un freno más importante. En gran medida por una cuestión errónea del foco o por falta de inspiración.

 Con el error de foco me refiero a que nos generamos una exigencia terrible: queremos crear un producto nunca antes visto, algo revolucionario desde cero.

 Pero ni originalidad implica necesariamente viabilidad, ni debemos obviar los hábitos de uso del consumidor real. Por eso puedes utilizar un framework llamado SCAMPER (por sus siglas en inglés).

 Básicamente consiste en preguntarse si puedes:

•  Sustituir: cambiar un elemento por otro llegando a un público nuevo o, al menos, desde una perspectiva diferente. Por ejemplo: hamburguesas de carne vegana.
• Combinar: crear un producto que añade funcionalidades a otro existente. Por ejemplo: una luz de lectura para ebooks que se alimente del propio ebook.
• Adaptar: darle una vuelta a algo que ya existe para hacerlo más atractivo o útil. Por ejemplo, las cafeteras domésticas de cápsulas.
• Modificar: cambiar un producto incrementando su valor añadido. Por ejemplo, crear un ventilador que vaporice agua.
• Readaptar para otro uso: utilizar una idea que funciona para otro nicho o para otra función. Por ejemplo, utilizar el aislante térmico de los embalajes para hacer neveras de playa.
• Eliminar: quitar algo que el usuario percibe como una molestia o algo prescindible. Por ejemplo, cualquier dispositivo que haya pasado a ser inalámbrico, como en el caso de los auriculares.
• Invertir: no hablamos de dinero, si no de funcionalidades de otros productos. Por ejemplo, los auriculares con cancelación de ruido activa.

 Fíjate hasta qué punto puedes desarrollar alternativas de producto interesantes. No es necesario reinventar la rueda, pero siempre puedes hacerla más atractiva o, por qué no, más útil.

En el próximo post de la serie seguiremos avanzando. La próxima fase es la de investigación, que es muy interesante e imprescindible, ya que es en la que se valida la idea de negocio y se comienza a perfilar el producto mínimo viable. Permanece atento a nuestro blog.

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