Caso de éxito eCommerce: la historia de Cover Girl

Se trata de un negocio mucho más veterano de lo que cabría pensar viendo lo fresco de su comunicación, su web y, sobre todo, su flamante tienda de Nueva York. Cover Girl es una marca que nació en 1961 en Maryland (Estados Unidos), y lo hizo bajo los parámetros de la cosmética en aquellos años. 

En casi 6 décadas, las cosas han cambiado muchísimo. La forma de vender es totalmente distinta a una época en la que lo más avanzado que existía era la venta por catálogo, mientras que hoy vivimos en una realidad que nos permite vender de manera global. 

Hoy por hoy, Cover Girl se ha desmarcado de sus competidores basando toda su estrategia en algunas premisas básicas que pueden resultar revolucionarias: la inclusividad y el respeto al medio ambiente. 

En cuanto a la inclusividad, decir que, todos sus productos están adaptados a los diferentes colores de piel, tal y como refleja su ideario. Buscan ayudar a cada individualidad a potenciar su belleza natural destacando sus rasgos característicos, sin homogeneizar a todos sus clientes bajo un mismo patrón. 

El respeto hacia el medio ambiente es otra de las claves. Recientemente, Cover Girl ha sido la primera gran marca en obtener la certificación Leaping Bunny otorgada por el organismo Cruelty Free International. Este reconocimiento implica que ni la marca ni ninguno de sus proveedores están realizando pruebas con animales. 

Más allá de ser una postura ética muy respetable, hay que entender que, tal y como reconocen ellos mismos por boca de su CEO Camillo Pane, esto obedece a las peticiones de sus clientes. 

Date cuenta de que no hemos utilizado la palabra eCommerce, y esto no es casual. Darle un vistazo a su web nos revela inmediatamente que no es una tienda al uso. 

Su estructura es la de cualquier tienda online, con sus categorías y fichas de producto. Pero entonces, ¿cuál es la particularidad? Pues que no venden de manera directa: no existe una pasarela de pago ni un proceso de checkout. 

Cuando accedemos a la ficha del producto, en un principio no vemos nada sorprendente. Puede que no sea tan completa como las de Cocunat en cuanto a su profundidad de datos, y tampoco tiene el toque personal de las de Laconicum, pero sin duda cuenta con todos los elementos típicos: fotografías, ficha técnica, opiniones (por cierto: muy bien gestionadas)... 

Está casi todo, pero lo que encontramos a la hora de ir a hacer la compra es un botón rotulado como “opciones de compra”, no un “añadir al carrito” ni nada similar. 

Aquí hay que reconocer que, sin reinventar la rueda, están haciendo un trabajo excelente. Sus perfiles sociales están llenos de consejos útiles sobre maquillaje y belleza. Aunque están presentes en la mayoría de los soportes, brillan especialmente en el vídeo. 

No se puede cerrar este caso de éxito sin hablar de su flagship store en Nueva York. Se trata de una tienda que está a un nivel de sofisticación que casi podría hacerle sombra al supermercado Amazon Go (no llega a tanto, pero, aun así, es impresionante). Podríamos decir que es una especie de Apple Store de la belleza. 

Dentro de los 10.000 metros cuadrados que ocupa la tienda en pleno Times Square, destaca por ejemplo el uso que hacen de la Realidad Aumentada en sus probadores virtuales, que es muy eficiente, pero van incluso más allá. Gracias a su app, puedes escanear un producto para obtener en tiempo real información, videos y tips sobre el mismo dentro de la tienda.