El modelo de franquicias: qué es y cómo funciona
Laia Ordoñez
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Están por todas partes: te cruzas con estos negocios en cada esquina de la ciudad. Hoy te contamos qué es el modelo de franquicias y cómo funciona.
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Es muy probable que, en algún momento, hayas fantaseado con montar una franquicia de alguna marca conocida, aunque no tengas claro del todo cómo funcionan. Es probable también que alguien te haya contado algún caso de éxito o hayas vivido de cerca el éxito en franquicias de algún amigo, conocido o familiar.
Pero… ¿cómo funciona realmente el modelo de franquicias? ¿Es tan rentable como parece? ¿Qué inversión en tiempo y dinero requiere? ¿Cuáles son sus pros y sus contras? Hoy iniciamos una serie de dos posts en los que vamos a explorar todo esto. Y, para empezar, vamos a contarte qué es el modelo de franquicias y cómo funciona.
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¿Qué es una franquicia?
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Se trata de un modelo de negocio en el que el propietario vende a un tercero los derechos para explotar su marca, logo, identidad corporativa y, en definitiva, el propio modelo de negocio en sí.
Existen varios tipos de franquicia. A grandes rasgos, podríamos clasificarlas en:
- Franquicias de producción: comportan derechos para la fabricación de un determinado producto.
- Franquicias empresariales: enfocadas a la prestación de determinados servicios.
- Franquicias comerciales o de distribución: permiten la venta de los mismos productos por parte de propietario y franquiciado (independientemente de si el propietario de la franquicia también los produce o no).
Aunque ahora entraremos en algo más de detalle con los ejemplos, hay miles de retailers con los que convives que, en realidad, no son cadenas de tiendas pertenecientes a un propietario y gestionadas por una empresa: en muchos casos, estas cadenas funcionan mediante el modelo de franquicias.
Bajo este modelo, encontramos algunas grandes marcas, como las cadenas de Starbucks o McDonalds, a otras mucho más pequeñas pero que trabajan bajo el mismo molde. Puedes encontrar franquicias baratas y en cualquier sector, desde una asesoría fiscal a una tienda de golosinas, una peluquería o una de carcasas para móviles.
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ómo funcionan las franquicias
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Profundicemos un poco más en el modo en que se ponen en marcha las franquicias.
En primer lugar, tenemos la figura del franquiciador, que suele tener sus propias tiendas. Este es el propietario de la marca –que puede ser una persona, un grupo de personas, una empresa o un grupo de empresas; lo de “propietario” es para resumirlo en una figura fácilmente comprensible– y el que pone tanto el precio que estima que vale franquiciar el negocio como las condiciones y requerimientos mínimos.
Esto es importante porque lo que está vendiendo es algo relativamente intangible, y si terceras partes –es decir, los franquiciados– explotan incorrectamente el negocio le estarán repercutiendo de manera indirecta a él y a la marca. Pero por otro lado, también es difícil de cuantificar el valor de una marca y la rentabilidad que puede sacarse de su explotación directa.
Por otro lado, tenemos al franquiciado, es decir, el que quiere abrir una franquicia y está dispuesto a pagar por ello.
El franquiciado es un perfil de retailer que ve mucho potencial en el uso de una marca con Top of Mind, notoria y reconocible por parte de público, y con éxito comercial probado. Considera que el negocio en ese sector concreto le va a ir mucho mejor si opera bajo esa marca –y su lógica interna, sus procesos operacionales o de producción, o las condiciones que le imponga el franquiciador– que si opera bajo una marca propia sin reconocimiento por parte del público, ni histórico en el mercado, ni cuota de mercado.
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EJEMPLO: ¿Te imaginas lo difícil que debe de ser empezar un negocio de venta de bocadillos desde cero? ¿O tener un éxito abrumador con una cafetería? ¿O empezando con una nueva marca de ropa? Muchos retailers que quieren trabajar en esos sectores, manteniendo al mismo tiempo cierta independencia operativa, consideran que es una buena idea franquiciar marcas como Pans & Company, Starbucks o Mango.
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Por otro lado, no hay que olvidar un punto clave en el modelo de franquicias, y es que el franquiciado es un autónomo, no un asalariado de la marca. Es una fórmula interesante si buscas independencia como emprendedor pero no quieres arriesgarlo todo a una marca propia que no sabes si funcionará.
Y es que, realmente, un franquiciado no deja de ser un emprendedor que invierte su propio capital en el establecimiento de un negocio –aunque ese negocio opere bajo una marca ajena. El franquiciado paga derechos por el uso de la marca, debe adherirse a las políticas que el franquiciador considere oportunas o necesarias para mantener su reputación y consistencia de marca, y además debe invertir en stock de su propio bolsillo y conseguir que el negocio funcione.
El franquiciador, por su parte, pone todo lo necesario a nivel logístico, a nivel de producción, a nivel operacional y a nivel de marketing para que la máquina de la franquicia funcione sin que el cliente final perciba ninguna diferencia entre el funcionamiento de un punto de venta propio y un punto de venta franquiciado.
El franquiciador percibe, por parte del franquiciado, un pago inicial en concepto de tasa de explotación del negocio. Por lo general, esto engloba:
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- Canon de entrada.
- Formación y capacitación.
- Equipamiento para la puesta en marcha.
- Proveedores.
Una vez que el negocio está en marcha, el franquiciado tiene que pagar un fee de explotación que suele calcularse como un porcentaje de las ventas brutas de la franquicia y se paga mensual, trimestral o cuatrimestralmente.
Esto es un poco la base del acuerdo, pero los contratos pueden incluir otros conceptos, como una liquidez mínima que garantice la viabilidad, o aportaciones a fondos de publicidad (de la que se beneficia la marca de manera global).
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El franquiciador también exige que, en el caso de abrir un retail del tipo que sea, se den una serie de requisitos mínimos relacionados con la población mínima en que se abre el local, la ubicación del mismo, metros cuadrados mínimos, competencia, renta media de la población, distancia mínima con respecto a otro franquiciado…
Existe un cierto control por parte del franquiciador para asegurarse de tener una presencia de marca, políticas, atención al cliente y producto homogéneas. De ahí que, por ejemplo, exija que se utilicen los mismos uniformes por parte de todos los empleados o la misma decoración y señalética en todos los locales de la marca.
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¿Cómo encontrar una franquicia?
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Ahora que lo tenemos claro, necesitamos encontrar una franquicia. ¿Dónde se encuentran los franquiciadores? ¿Dónde puedo informarme?
Cuando una empresa basa su modelo en esta fórmula, no se suelen esconder precisamente. En sus webs corporativas es bastante común encontrar una sección específica en la que se informa de las condiciones o, al menos, se ofrece un contacto. Algo así como la de McDonalds, que puedes ver aquí.
Internet siempre es una solución cuando se trata de buscar. Existen completos portales que son ni más ni menos que buscadores de franquicias. Este es el caso, por ejemplo, de franquiciashoy.es, que te permite utilizar filtros para elegir sector, subsector y rango de inversión. Desde luego que te facilitará bastante la investigación.
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Por último, también te puede interesar acudir a alguna de las ferias de la franquicia que se organizan periódicamente.
La ventaja que tiene acercarse hasta ellas es que puedes ver y probar el producto a franquiciar con detalle, hablar en persona con el franquiciador y ver muchas alternativas en poco tiempo. Una de las más grandes es Expofranquicia, que se celebra en Madrid anualmente. Este salón es de marcado carácter internacional, con lo que se abre el mercado todavía más.
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Ejemplos de franquicias
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A lo largo del post han ido saliendo algunos ejemplos y, como te decía, hay ejemplos para dar y tomar. Algunos requieren de una inversión inicial cercana al millón de euros, como es un McDonalds, y otros son mucho más económicos, con los que podemos empezar a hablar desde 3.000 o 4.000€ de canon inicial.
Si buscamos por sectores encontramos, por ejemplo:
- Restauración: además de la cadena de hamburgueserías citada, Starbucks, Subway, Telepizza, Dunkin’ Donuts, Pans & Company…
- Alimentación: el grupo DIA, Carrefour, Eroski, convenience stores como 7 Eleven...
- Moda: puedes abrir un Zara, Mango, Benetton, H&M, Superdry…
Y muchísimas más, como las tintorerías Pressto, venta de complementos alimenticios como hace Naturhouse, alquiler de vehículos sin conductor al estilo de Hertz, Alain Afflelou y sus ópticas, peluquerías como Marco Aldany, talleres de mecánica rápida, tiendas de caramelos, oficinas de reparto de grandes empresas logísticas… Como ves, estamos rodeados de franquicias y a menudo no somos conscientes de ello.
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¿Sigues pensando en el modelo de franquicias ahora que sabes cómo funciona? ¿Por cuál te decidirías entre todas las opciones del mercado? ¡Cuéntanoslo!
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Imágenes | Unsplash.