Un Black Friday diferente [con ejemplos]

Seguro que has notado que la pasión que despertaba esta fecha entre los compradores y las tiendas online cada año empieza a ser algo menor. Con ello no queremos decir que esta esperada campaña haya dejado de funcionar, pero es innegable que las campañas de Black Friday y Cyber Monday ya no son lo que eran.

 Por eso, puede ser una buena idea dar un paso a un lado y plantear alternativas más sostenibles, solidarias o, simplemente, más responsables para el Viernes Negro. Nosotros te planteamos ideas, y tú decides qué haces con ellas de cara al año que viene o, incluso, de cara a lo que aún queda de campaña de Navidad.

Solo tienes que abrir tu buzón de email para ver que el Black Friday y el Cyber Monday siguen más que vivos. Pero ese indicador de actividad también tiene mucho que ver con su pérdida de eficacia en los últimos años (a excepción del 2021, que arrastraba los efectos de la pandemia).

 Inicialmente eran ofertas que tenían, como máximo, una duración de un fin de semana (de viernes a lunes), dedicando el primer día (Black Friday) al retail y el segundo (Cyber Monday) al eCommerce. Pero poco a poco se han ido extendiendo hasta, prácticamente, durar todo el mes de noviembre.

 Lógicamente, esto genera un hastío en el comprador, que resulta tan acribillado a ofertas que es incapaz de seguirles la pista; pero, además, se pierde el efecto urgencia y, como efecto secundario y colateral, hace que el mes de octubre se desplomen las ventas, ya que la mayoría de usuarios ya no compra nada antes de la campaña del Black Friday.

 Por último, sumemos a todo esto que los precios de la publicidad se disparan durante este periodo y que, fruto de las rebajas, los márgenes tampoco son los mejores.

 Así que bueno, quizá el Black Friday no esté muerto, pero con este planteamiento tiene serios problemas.

Dicho todo esto, es lógico que muchos vendedores empiecen a mirar con recelo el Black Friday. Pero la presión de la competencia y de los propios usuarios hace que sea bastante complicado resistirse a entrar en él.

 Conscientes de ello, hemos seleccionado algunos ejemplos de cómo puedes darle la vuelta a esta fecha y celebrar un Black Friday alternativo que, además, te permita reforzar tus valores de marca y posicionamiento en el mercado. 

 Sí, valores de marca, porque el ejercicio de consumo cada vez es una acción más consciente y con implicaciones éticas. Este enfoque te permitirá convertir la época de mayor consumismo en una forma de desmarcarte de tus competidores.

Pomp es una marca de ropa de algodón ecológico. Se trata de prendas que tienen un ciclo de vida superior y que, por lo tanto, se alejan del concepto de fast fashion de portales y tiendas como los chinos Shein. Incluso utilizan energías renovables en su fábrica para minimizar la huella de carbono.

Con este modelo de negocio, lo cierto es que no cuadra demasiado sumarse a una campaña de promociones agresivas. Así que se inventaron una muy buena jugada para no quedarse fuera de uno de los periodos estacionalmente más fuertes del año.

 Durante el Take Back Friday se centraron en pedir a sus clientes que enviaran sus prendas usadas para poder reciclarlas. A cambio recibían crédito de la tienda para nuevas compras, con lo que se producía una doble fidelización del cliente (ética y económica). Una jugada maestra.

En el caso de REI, un eCommerce de especialistas en ocio de aventura y exterior, apuestan por promover el estilo de vida de sus compradores potenciales. Animan abiertamente a dedicar el Black Friday pasando un poco de tiempo libre en la naturaleza.

 Lo “fácil” sería directamente colgar en su sitio packs de productos para estas actividades outdoor, pero han optado por una opción intermedia que, aunque seguramente tenga una peor conversión a venta de manera directa, refuerza de manera espectacular el posicionamiento de la marca.

 Dentro de su web, tienen una sección llamada “expert advice” con consejos de sus expertos. Por cada producto (mochilas, botas, linternas…) encontramos un larguísimo artículo, redactado de manera cercana y basado en la experiencia de un profesional de la marca.

Sí: hay enlaces para acceder a las fichas de producto, pero la autoridad que generan a través del contenido hace que vendan sin vender. No tenemos ninguna duda de que funciona; de lo contrario, no llevarían 8 años repitiendo la promoción.

Esta es otra marca de ropa, concretamente de calzado sostenible. De origen neozelandés, se dieron cuenta de que la lana de oveja merina –una de las mayores materias primas de su país– no se utilizaba en la fabricación de calzado.

Mismo posicionamiento ético que Pomp, por ejemplo, pero con una estrategia distinta. En su caso, fueron por la vía de la responsabilidad social corporativa y, durante el Viernes Negro, en lugar de bajar sus precios… los subieron todos 1 dólar.

 Puede parecer un contrasentido si no decimos que ese importe extra se destinaba directamente a fines benéficos y medioambientales. Así, Allbirds, funciona como un catalizador y un gestor de esas donaciones realizadas por sus clientes.

Una marca de moda más y no es casualidad. Este es uno de los segmentos en los que el Black Friday es especialmente competitivo, pero también uno de los que más están cambiando en los últimos años.

 Alohas tiene una posición ante estas promociones que podríamos calificar como de activista. No solo se niegan a hacer descuentos en su tienda para estas fechas, sino que lo ven como un contrasentido en relación a su modelo de negocio y a la lógica del consumo responsable.

Para una tienda como Alohas que fabrica a demanda, el Black Friday equivale a sobreproducción, el desperdicio y la compra irreflexiva. Por eso, en sus redes sociales verás que utilizan y promueven el uso del hashtag #NoToBF, incluso han llegado a hacer una campaña de Instagram Ads.

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